Los momentos más felices en la vida de toda pareja que se ama bien es cuando nacen los hijos, la alegría es tan grande y ellos tan pequeños, que rápidamente activamos nuestro sistema de protección eterna, queremos cuidarlos siempre, estar allí para ellos cada que lo necesitan y convertirnos en ese apoyo que anhelan.
Pero los años pasan, los niños crecen, se vuelven independientes, parece ser que ya poco o nada necesitan de nosotros, ganan su propio dinero, tienen su propia vida social; han crecido.

Y, sin duda, el momento más triste de los padres, es cuando nuestros hijos deciden irse de casa, nos sentimos tristes, solos, y muchas veces frustrados, solo atinamos a pedirles que nos visiten, que no dejen de comunicarse con nosotros, que esta siempre será su casa y podrán volver cuando quieran, aunque en el fondo, y con la experiencia, si es que se tiene, sabemos que quizá tengamos que acostumbrarnos a verlos solo en fechas específicas, a no esperar más mensajes, a desearles el mayor éxito del mundo y aceptar que necesitan vivir su propia vida, asumir sus propios riesgos y ser plenos.
En Superar Hoy, hemos preparado una pequeña y concisa guía con 7 consejos para que te sea mucho más fácil superar cuando tus hijos deciden irse de casa. ¡Presta mucha atención y aplícalos!
1. La independencia es una virtud
Lo primero que tienes que entender es que volverse independiente y ser capaz de vivir bajo tus propios recursos, es un gran logro, se necesita mucha madurez y disciplina para hacerlo, y si tu hijo ha llegado a este punto es porque realmente se ha esforzado.
No lo veas como una rebeldía, como un deseo de tener una vida libertina, la realidad es que tu hijo aprenderá a ser responsable, verá de qué está hecha la vida, tendrá que solucionar sus propios problemas y tienes que estar segura o seguro, de que él o ella crecerá como persona.
2. Siéntete tranquila sabiendo que hiciste bien tu trabajo
Muchas veces los padres cometemos errores, no somos perfectos, pero si tu objetivo siempre estuvo orientado al bienestar de tu hijo, no tienes porque sentirte mal, al contrario; una madre y un padre que se esfuerzan por sacar adelante a sus hijos, educándolos en buenos valores y principios, siempre debe sentirse digno y orgulloso de su labor.
Este sentimiento te dará paz y tranquilidad porque sabes que en cualquier dificultad, a la hora de tomar cualquier decisión, o cuando se encuentre triste, siempre podrá recordar tus enseñanzas.
3. Déjalos vivir, no los atormentes
No basta con aceptar que se vayan de casa, también hay que interiorizar la idea de que ya están grandes y son capaces de tomar sus propias decisiones. El error más grande que cometen los padres cuando sus hijos se van de la casa es seguir teniendo la actitud protectora como cuando ellos tenían 5, y en su afán por seguir cuidándolos, los hostigan, les dan órdenes, le imponen ideas. Esta actitud únicamente hará que tu hijo sienta la necesidad de evadirse o no contarte más problemas y asentir a todo lo que dices para no hacerte sentir mal
4. Pasa más tiempo haciendo tus actividades favoritas
La edad adulta también tiene sus ventajas, es la mejor etapa para descansar de la vida rutinaria y aprovechar en hacer cosas que te llenen de paz y alegría, aquí ya no tienes hijos a los cuales atender y cuidar, posiblemente sean ellos quienes te apoyen a ti. Así que, no te sientas mal por darte una vida mucho más relajada y plena, recuerda que lo mereces y aunque muchos padres no lo sepan, a los hijos les gusta mucho que sus padres mayores descansen y más si ellos pueden hacerlo posible, es una forma muy sincera de demostrar sus agradecimiento.
5. Aconséjales, pero no los obligues
Cuando necesiten escuchar palabras sabias, ellos hablarán contigo, serás su confidente, aconséjales desde la sabiduría y pensando en su bienestar, más, si ellos no lo aceptan y deciden actuar bajo sus propios conceptos, no los presiones, deja que tomen sus decisiones y sea la vida quien se encargue de juzgar si fueron buenas o malas.
6. Siéntete orgulloso(a) de ellos
No hay mayor alegría para un hijo que saberse que sus padres sienten un orgullo muy grande por él, y muchas veces es necesario expresarlo. Por eso, cada vez que los ves, hazle saber cuán orgullosa estás de sus logros, de la vida que ha conseguido, de todos los obstáculos que ha superado y del ciudadano de bien en el que se han convertido.
7. Nunca les cierres las puertas de tu hogar
Por más discusiones, por más peleas, por más enojos y malos entendidos que hayas tenido con tus hijos, nunca les niegues la posibilidad de volver a casa, de visitarte, de comer juntos, perdona sus malos actos, más no los toleres, aconséjales, pero no los obligues, hazles saber que se equivocaron, pero no les des la espalda nunca.